La Casita

¿Quién diría que la compra de una antigua casa de veraneo en Boquete se convertiría en una misión para preservar la historia y la arquitectura del pueblo? Todo comenzó con una pregunta: ¿cómo conservar una casa antigua cuando se planea construir en su lugar una nueva edificación?
La respuesta fue más ingeniosa de lo que nadie podría haber imaginado. Sentados frente a una taza de café de tierras altas panameñas, el Sr. Juan Antonio Niño, quien había comprado La Casita a sus últimas herederas las Sras. Brenda y Desiré Pedreschi, decidió donar esta joya histórica al Sr. Jorg Senne, un alemán con una propuesta audaz: mudarla por completo a su propiedad en Palo Alto, Boquete. El acuerdo se cerró por un dólar simbólico y una buena dosis de entusiasmo.
Pero de la idea a la ejecución, hay un largo trecho. Lo que parecía un plan sencillo se convirtió en una verdadera hazaña. Durante casi tres meses, un equipo de diez trabajadores se encargó de trasladar La Casita desde su ubicación original. Cada pieza, cada clavo y cada tablón de madera fue cuidadosamente desmontado y transportado hasta su nuevo hogar en Palo Alto, Boquete.
Ahí no terminó la aventura. El equipo, liderado por el Sr. Nodier Samudio, junto con arquitectos y especialistas en restauración, dedicó un año entero a reensamblar la casa, enfrentándose a una serie de retos técnicos y logísticos. El esfuerzo valió la pena: La Casita, que alguna vez fue hogar de figuras prominentes de la historia de Boquete como el Dr. James H. Talboy y el capitán Hans Elliot y su esposa Vera Janson de Elliot, el ilustre Dr. Carlos Pedreschi y su esposa Brittmarie Janson, la coleccionista de huacas Mae Archer, el Ing. Oscar Alberto Sanberg y nuevamente la familia Pedreschi, recuperó su esplendor original.
Carrito de compra